Por: Michelle Carrera

Cada noviembre, Estados Unidos se sumerge en una historieta familiar: gratitud, unión, cosecha, familia. Pero debajo de esa narrativa se esconde otra verdad, una que muchos de nosotros no podemos ignorar, no podemos olvidar y no podemos celebrar con comodidad.

Para los pueblos Nativos, esta semana no es una fiesta. Es un recordatorio de la colonización, las masacres, la asimilación forzada, las tierras robadas, los niños robados. Es un recordatorio de una historia interrumpida, una pérdida que todavía está desarrollándose.

Para quienes amamos a los animales, también es un ritual nacional construido sobre el sufrimiento de millones de pavos, seres gentiles y curiosos, autóctonos de esta tierra, cuyas vidas se arrebatan por tradición, no por necesidad.

Y para muchas personas que cargan con un linaje roto, el dolor, la distancia o la pena de una familia dispersa o ausente, esta semana puede sentirse como estar presionados contra el cristal del mito de otra persona.

Cada año, la celebración y el duelo coexisten. No porque seamos “ingratos”, sino porque entendemos que el dolor es el compañero más fiel de la honestidad. Si te sientes fuera de lugar esta semana, no estás solo. Esta festividad se sostiene sobre el borrar de pueblos, de historias, de tierras, de parientes no humanos.

Tu dolor no es un defecto personal. Es una señal de que todavía eres capaz de sentir lo que esta cultura ha intentado insensibilizar.

Una pequeña práctica para la semana

Di en voz alta la verdad: “Esta semana duele porque…”. Luego, haz una ofrenda suave de resistencia:

– enciende una vela,
– honra la tierra que pisas,
– bendice a un pájaro vivo,
– elige la compasión por encima del daño.

Aférrate a este recordatorio: no le debes ninguna celebración a lo que se ha construido sobre violencia.

Preguntas para reflexionar

– ¿Dónde vive la disonancia más aguda en ti esta semana?
– ¿Qué parte de ti se ve obligada a encogerse, borrarse o desaparecer para “encajar”?
– ¿Qué verdades llevas contigo que otros preferirían ignorar?
– ¿Qué significa que una cultura tan ávida de deleitarse en el daño afirme honrar la “gratitud” solo una vez al año?
– ¿Y cómo se siente la verdadera gratitud en tu vida? ¿La gratitud tranquila de cada día, libre de actuaciones o presiones?
– ¿Cómo se ve y se siente la pertenencia cuando te niegas a celebrar el daño?

Si esta semana abre una herida

No estás solo.

Somos muchxs quienes encontramos nuestro camino en estos días desde la ternura en vez de la tradición, la honestidad en vez del ritual, la compasión en vez de la conformidad. Si necesitas algo que hacer el jueves, que sea algo que calme tu espíritu, no algo que lo traicione.

Con cariño,
Michelle Carrera

Esta reflexión apareció originalmente en el boletín semanal Monday Mournings de Michelle, parte de su proyecto, Grief and Liberation. Sigue el trabajo de Michelle aquí: www.griefandliberation.com y regístrate para recibir el boletín semanal.